En mi larga y ascendente carrera al éxito y la felicidad, el viernes cumplí otro de mis sueños. Por primera vez fui a una función de Lucha Libre. Durante años soné con este momento, desde que hace más de una década la familia completa se reunía los sábados por la tarde a ver la transmisión de la lucha por televisión; lo cual terminaba casi siempre en golpizas entre hermanos. Al estar en la Arena México, disfrutando en vivo de la pelea, escuchando los gritos desenfrenados del publico, sintiendo el clamor popular, no pude hacer otra cosa que unirme a la turba desenfrenada y gritar como enagenada cuando apareció "Marco Corleone" con su enorme estatura, una poderosa musculatura y un ajustadísimo calzoncillo rojo. Nunca pensé que de mi casta boca pudieran salir tantos y tan léperos vocablos. Me dejé llevar....pero hacia tiempo que no me divertía tanto. En otros grandes éxitos, quiero mencionar que durante mucho tiempo envidié la esbelta y escultural silueta de Britney Spears, especialmente cuando se daba el lujo de ponerse un traje de latex rojo y aun así verse bien. En los últimos años fuimos testigos del rápido ascenso de una joven estrella del pop, y también fuimos testigos de sus desastrosa caída. Llámenlo schadenfreude pero lo que más me alegra de la caída de la Britney es que no fue necesario que yo hiciera una rigurosa dieta y un duro programa de ejercicios para llegar a su talla, solo fue necesario esperar sentada y comiendo botanas a que ella subiera a la mía.
1 comentario:
Y lo peor es que cambió el traje completo de latex rojo por leotardos, medias de red, bras y calzones. Y así salió.
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