Desde ayer no tenía internet en la oficina, así que no me quedaba otra alternativa que fingir que trabajaba, pero hoy, no pude seguir con la farsa y decidí ir al mercadillo de los miércoles de compras, leer una novela, ir al baño a sacarme los barros… Cuando no tenía más que hacer, llamé al técnico para que lo arreglara. El buen hombre empezó a revisar todos los posibles errores del sistema, la configuración y todo lo demás, y finalmente llegó a la conclusión de que todo se arreglaba conectando el cable, por lo que se metió debajo del escritorio para volver conectar y desconectar el cable, dejando un mínimo de piel al descubierto.
Antes de proceder con la maniobra, me dijo “Camila, por favor cierra la ventana” y yo, solícita como soy, me dirigí a cerrar la ventana de la oficina, aun sin entender el sentido de su petición, y todavía pensando, “pues claro, seguramente le estará entrando el aire por la rajuela…“
Sobra decir que se refería a la ventana internet, y que al ver el tamaño de mi estupidez levanto la cabeza y se golpeó con el escritorio, no el de la PC, sino en el que esta posicionada la PC, y con una cara entre la incredulidad y la obviedad me dijo: “¡Esa no!” y apenas ahí fue que yo entendí a que se refería.
Así, inauguro la sección a la que llamaré “Incapacidades“, pues no puedo argumentar que son “capacidades especiales”, como sería políticamente correcto decir, pues hay algunas pericias que simplemente no vinieron precargadas en mi software
5 comentarios:
jajajajaajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaj.. A nadie le pasa eso!!!
Eso pasa por ponerle a las cosas nombres iguales. No fue tu culpa.
Me estoy cagando de risa.
Está muy, muy bueno. Jajaja.
P.D. No está padre que me esté riendo así en la oficina. Se nota que no estoy trabajando.
jajaja, estoy en verdad llorando de risa, y como Josenaría no está padre que mientras toda la oficina concentrada en sus amplias actividades yo haya dado tal carcajada que aparte del ecccccoooooo que ofrece el lindo pasillo que da a mi oficina que está en un tapanco y aumente la resonancia de mi carcajada que sonó como puerco siendo asesinado...pero bueno es la hora de la comida y segurooo nadie me oyo...mmmm no lo creo
jajaja, me hiciste el día sigo riendo
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