La venganza es dulce, excepto cuando te toca...

Siempre nos quejamos de la burocracia como uno de los peores males que aquejan a la humanidad. Cada vez que un funcionario público nos hace la vida difícil, nos dificulta un trámite, rechaza nuestros documentos por que les falta un sello, nos manda a sacar 27 juegos de copias y perder todo el día en algo tan simple como poner un sello en una hoja o entregarnos un papelito para hacer otro trámite, lo maldecimos y cuando menos le deseamos una muerte lenta y dolorosa.

Por suerte Dios es compasivo y misericordioso con algunos y vengativo y justiciero con los burócratas, y es por eso que existe el ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado). Justo cuando ellos están en la situación mas débil y vulnerable de sus vidas, y cuando más apoyo de la humanidad necesitan, Dios, en su infinita misericordia hacia para con nosotros, los manda al ISSSTE. Ahí, como en la antesala del infierno, los trabajadores al servicio del estado son objeto de humillaciones, vejaciones, trámites absurdos, largas esperas, retrasos, mala planeación, comida horrible e insípida, enfermeras mal encaradas y exceso de personal inútil.

En este trato indigno, deberíamos encontrar todos una dulce, dulce venganza a todas las afrontas recibidas; lo malo es cuando el burócrata es tu mamá, entonces te das cuenta a que Gonzalo tiene razón: la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena.

Con esta reflexión los dejo, para que disfruten sus fiestas patrias, y nos enorgullezcamos de ser funcionarios públicos (Iliana, Nilbia, también va para ustedes) y del Estado que todos nosotros hemos hecho o permitido; y como dice Sacc I.V.A México Cabrones!