De la pasión futbolera y pozolera nadie se salva. No he visto ni un partido del mundial, pero por más que he intentado no he podido permanecer ajena a la euforia colectiva. No soy yo, es mi subconsciente el que traiciona mi férrea indisposición al deporte de las masas.
Soñé que estaba comiendo un delicioso pozole verde, grande por supuesto, con sus 2 cucharaditas de mezcal para darle el toque de perfección, mientras que en la mesa de junto estaba la selección italiana echándome el ojo...
¿Quién pidió pozooooole?
3 comentarios:
Ay amiga, estos muchachos son exactamente lo que necesito en el Soconusco para superar la depresión TecúnUmense! Con uno de esos me conformo de veritas!!!! Yo quiero pozoleee!!!!
Amiga, confórmate con un pozole grande!!! Eso seguro si lo encuentras hasta en el Soconusco!
Me enteré de que los muchachos esos que seguramente no tienen las rodillas chuecas, como tu servidor, no pasaron a la segunda ronda del mundial.
Pensé que podría utilizar este dato para compensar la merma al ego que causan, pero no funcionó... ¡Mecacho! Jaja
Rafa
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