El más esperado reencuentro

Más esperado que el reencuentro de Menudo, o que el reencuentro de Take that, era el reencuentro de este par de insensatas, estilosas, torpes pero sobre todo inútiles amigas y creadoras de este blog. Hace una semana viaje desde las cálidas playas catalanas a las frías, más no tanto como en otros inviernos, tierras alemanas, con el único propósito de vivir a expensas de la familia Chispa.
He de reconocer que hace mucho que no disfrutaba de un ambiente tan casero y tan acogedor. Los Chispa tienen un piso, amueblado como debe ser, no con cosas recogidas de la calle o del IKEA, con calefacción y chimenea, gozan de todas las comodidades de la vida moderna e incluso, tienen una mujer polaca que hace la limpieza. Pero por otra parte, aunque tienen televisión no la podemos ver por que no están dispuestos a pagar el elevado impuesto que se debe pagar por el uso de las ondas electromagnéticas. Lo único que me desquicia, pese a que Aline ya nos había advertido al respecto, es la manía por el reciclaje. Ahora tengo temor de generar cualquier tipo de basura por no saber donde depositarla después; incluso he llegado a contemplar la posibilidad de comerme mi propia basura o enviarla toda por el retrete para eliminar la evidencia...