Mientras tanto, gracias a la pareja por mantener este espacio de sano esparcimiento y múltiples digresiones vivito y coleando para el disfrute de nuestros cuatro fieles lectores.
En el espíritu de mi regreso con ánimos y guardarropa renovados, quiero compartir con los cuatro amables seguidores arriba mencionados la siguiente página de internet, una crónica fiel y precisa de los infortunios y tropiezos que se presentan en la cada vez más socorrida vía de las citas por internet. Quiero hacer notar que, si el contenido de esta página no los lleva a una franca carcajada y una leve descarga de pipí, entonces pueden perder cualquier esperanza de que lo que hay en su pecho sea un corazón y no roca fosilizada o, como en mi caso, una bola de pelos.
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