Hoy es uno de esos escasos dias en que no importa que tan mal salió todo, soy tremendamente feliz. Un día en que ni el hambre, ni la gente-estorbo, ni el calor, ni la estupidez -propia o ajena- pudieron ponerme de malas.
Es un día muy similar a todos los demás: me despierto tarde, salgo corriendo de casa sin acicalarme ni desayunar; llego irremediablemente tarde al trabajo, después de luchar con miles de personas que estorban mi camino y la evolución de la especie; en la oficina me corrigen 200 veces el mismo documento vacío y sin sentido trascendente; me peleo con alguno de los equipos electrónicos; los bochornos matutinos; salgo tarde a comer, tengo que esperar horas por una bicicleta que después no encuentro donde estacionar y debo regresar al punto donde la tome para volver a hacer todo el camino a pie, pero ahora cansada y apestosa; llego tarde al restaurante, con hambre, el servicio es pésimo y la comida poca; regreso a la oficina por otra tanda de oficios por ser corregidos, no sin antes dejar mi bolsa atorada en el manubrio de la ecobici y esperar a que llegue algún amigo a sacarme del embrollo o algún buen hombre que aprovecha la ocasión para verme las piernas; más pleitos con la impresora, con los oficios; los bochorno verpertinos; salgo tarde, cansada; lista para una clase de Bikram yoga, que no es tanto yoga caliente como un salón sobrepoblado donde la temperatura llega a 40ª.
Debe ser la primavera, debe ser abril, debe ser la semana de mi cumpleaños, debe ser que cumplo 31 pero casi no se notan, debe ser que cada día desafío a la física y a la muerte en la bici; debe ser que después de lustros finalmente logré tocarme los dedos de los pies sin doblar las rodillas en la clase de yoga; o los buenos amigos; o los regalos de cumpleaños; o que se avecinan mis vacaciones en las que veré a casi todas mis personas favoritas del mundo; debe ser el psicoanálisis de banqueta, generalmente bajo los efluvios del mezcal; debe ser una etapa, por que ya se sabe que pasa ligera la maldita primavera, pero espero que dure hasta mi próximo cumpleaños por lo menos.
3 comentarios:
Para la próxima llega saltando al trabajo, así no tendrás problemas para estacionar la bici. y también es buen ejercicio de cardio!
Ahhh, cuidado con el Bikram, porque contribuyó a que me saliera una piedra en el riñón! 31 años? Eres una jovenzuela!
Yo estoy seguro que fue porque cumpliste 31 pero te ves de rechupete... y porque tenías un amigou que iba a visitarte!!!
Abrazote,
Rafa
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