05 abril, 2011

Hate no more

Hoy es uno de esos escasos dias en que no importa que tan mal salió todo, soy tremendamente feliz.  Un día en que ni el hambre, ni la gente-estorbo, ni el calor, ni la estupidez -propia o ajena- pudieron ponerme de malas.

Es un día muy similar a todos los demás: me despierto tarde, salgo corriendo de casa sin acicalarme ni desayunar; llego irremediablemente tarde al trabajo, después de luchar con miles de personas que estorban mi camino y la evolución de la especie; en la oficina me corrigen 200 veces el mismo documento vacío y sin sentido trascendente; me peleo con alguno de los equipos electrónicos; los bochornos matutinos; salgo tarde a comer, tengo que esperar horas por una bicicleta que después no encuentro donde estacionar y debo regresar al punto donde la tome para volver a hacer todo el camino a pie, pero ahora cansada y apestosa; llego tarde al restaurante, con hambre, el servicio es pésimo y la comida poca; regreso a la oficina por otra tanda de oficios por ser corregidos, no sin antes dejar mi bolsa atorada en el manubrio de la ecobici y esperar a que llegue algún amigo a sacarme del embrollo o algún buen hombre que aprovecha la ocasión para verme las piernas; más pleitos con la impresora, con los oficios; los bochorno verpertinos; salgo tarde, cansada; lista para una clase de Bikram yoga, que no es tanto yoga caliente como un salón sobrepoblado donde la temperatura llega a 40ª.

Debe ser la primavera, debe ser abril, debe ser la semana de mi cumpleaños, debe ser que cumplo 31 pero casi no se notan, debe ser que cada día desafío a la física y a la muerte en la bici; debe ser que después de lustros finalmente logré tocarme los dedos de los pies sin doblar las rodillas en la clase de yoga; o los buenos amigos; o los regalos de cumpleaños; o que se avecinan mis vacaciones en las que veré a casi todas mis personas favoritas del mundo; debe ser el psicoanálisis de banqueta, generalmente bajo los efluvios del mezcal; debe ser una etapa, por que ya se sabe que pasa ligera la maldita primavera, pero espero que dure hasta mi próximo cumpleaños por lo menos.

3 comentarios:

Juan Evers dijo...

Para la próxima llega saltando al trabajo, así no tendrás problemas para estacionar la bici. y también es buen ejercicio de cardio!

Xavier dijo...

Ahhh, cuidado con el Bikram, porque contribuyó a que me saliera una piedra en el riñón! 31 años? Eres una jovenzuela!

SEM 08-09-10 dijo...

Yo estoy seguro que fue porque cumpliste 31 pero te ves de rechupete... y porque tenías un amigou que iba a visitarte!!!

Abrazote,

Rafa

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