Al pasar del tiempo me he dado cuenta el gran número de manías y fobias que he desarrollado. Estas cosillas sin aparente importancia pueden desde bloquear mi sistema operativo hasta generar una terrible conmoción. Entre las cosas que más disturbio causan en mi apacible vida puedo mencionar:
- Los cilindreros, ante ellos no hay nada que yo pueda hacer además de entrar en pánico. LOS ODIO
- Las personas que venden discos en el metro, promocionando su producto con una bocina a todo volumen ingeniosamente instalada en una mochila, y gritando a todo pulmón “Por sólo 10 pesos se va a llevar un disco compacto con 280 éxitos en formato mp3 con lo mejor de la salsa, la cumbia, lo mejor para sus fiestas, éxitos de los 60, 70, 80 y 90, los mejores éxitos del pop en español, música instrumental, lo mejor de José José”, o cualquier otro género populachero; interrumpiendo mi lectura del panfletillo de distribución gratuita del día.
- Sean Penn.
- Las conversaciones multitudinarias en el Messenger.
- Las visitas al dentista.
- Los cepillos.
- Las contestadoras telefónicas usadas para dar servicio al cliente.
Debería encontrar alguna forma de manejar esto, pero cada día lo llevo peor y a la lista se van agregando más manías. De seguir así terminaré ….
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