Ha pasado ya mucho tiempo desde el opíparo banquete del lunes y todavía me siento como debe sentirse una boa constrictor después de comerse entero un cervatillo. Sobreviviré, lo sé, pero no me siento bien; es por eso que mi desayuno de hoy consistió en un Alka Seltzer. Como dicen por ahí, todo lo que no mata, engorda…
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