Hace algún tiempo Lindsay Lohan protagonizó un escándalo de los que acostumbra al portar en público un abrigo perteneciente a la modelo Masha Markova que hurtó de un Club. Cuando las fotos de Lindsay aparecieron en una revista la dueña del abrigo lo reconoció y demando a la ratera y esta tuvo que paga 10 mil dólares de multa. Y uno pensaría que esas cosas solo paran entre las celebridades, pero no. Marco Antonio Solís (uno que no es el Buki) protagonizó un suceso similar, pero en mi coloña, he aquí el relato:
"A Marco Antonio Solís Pérez, alias El Tláloc, se le hizo fácil asaltar a un elemento de la Armada de México cuando pasaba enfrente de una vecindad en calzada de La Viga y San Antonio.
Sin embargo, días después del atraco, a El Tláloc se le ocurrió pasearse por el mismo sitio usando la vestimenta que le había quitado al marino, quien pidió apoyo de la Policía Judicial.
Fuente: Alejandro Medellín, EL Universal, Jueves 22 de mayo de 2008
“Le gustaron también sus botas militares, su gorra naval y el uniforme.”
Metámonos a la mente del criminal. Imagínate que se despierta un día y dice:
-¡ah chingá!, ¿qué me pondré hoy?
-¡agüuuuuuuuebo! el uniforme de marinero!Publicar entrada
- ¡Ese le gusta a las muchachas de la cuadra!
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